¿Quién ha tenido la fantasía de mudarse a un destino internacional? Caminar por las calles, ir de compras, tomar café, reunirse con amigos nuevos o sencillamente sentarte en un parque a ver los “turistas” pasar. Puede ser que esta sea solo mi fantasía. Pero si eres como yo, te cuento que ya existen métodos más allá de los hoteles que te permiten sentirte como en casa en destinos remotos. Te daré un pedacito más de mi historia y luego te enseño como hacerlo.
Mi primer viaje internacional fue en el 2011. En ese momento terminaba mi Maestría en Relaciones Públicas de la Universidad del Sagrado Corazón de Puerto Rico. Entonces logré ser parte de un programa especial que me permitía viajar a España como parte del proyecto final (equivalente a la tesis). Iba con un grupo que no conocí hasta la mañana después de mi llegada. Esto significa que la estadía fue organizada por los profesores a cargo del viaje. Mi sueño era visitar Barcelona pero el destino con el grupo de la universidad era Pamplona. Así que, ya que mi vuelo saldría de Barcelona a mi casa, decidí quedarme 3 días en Barcelona.
En Barcelona logré encontrar un hotel muy económico y pequeño en el área de La Rambla. Claro que en ese momento mi conocimiento sobre viajar y coordinar ese viaje era casi nulo, así que dentro de lo que pude, logré pasar un tiempo bueno. En Barcelona en esa ocasión no conocí a nadie y gasté mucho dinero. La estadía en ese hotel fue lo más económico que pude encontrar y fue un total aproximado de $80 por noche. De acuerdo al conocimiento que tenía, eso no estaba mal. No me quejo porque llegué con catarro, mocosa, con dolor en el cuerpo y, bueno, terminé pasando más tiempo en esa cama que caminando las calles de Barcelona.
Cuando decidí viajar en el 2015, hice más investigación. Tuve la suerte de que mi hermano y cuñada estaban también preparando un viaje por Europa y compartieron mucha información conmigo. Fue ahí cuando aprendí lo que era Airbnb.
Airbnb es un sistema, bastante seguro, que permite a locales rentar los espacios disponibles en sus casas / apartamentos (el lugar completo, un cuarto, un sofá, el garaje, la caseta de acampar) para alojar viajeros. También permite a dueños o encargados de diferentes tipos alternos de hospedaje (como hosteles y pensiones) de presentar sus ofertas. Airbnb es actualmente muy popular entre viajeros. Especialmente los que como yo, viajamos solos.
Aterricé en Barcelona para alquilar un auto y guiar 4 horas hasta Valencia. Por diferentes razones quería visitar Valencia e intenté por primera vez conectar con alguien a través de Airbnb. Yo no sabía mucho, pero si recordé que mi hermano me dijo “busca a los superhosts”. [Esta compañía se encarga de evaluar a sus anfitriones cada 4 meses. En esto calculan la frecuencia con la que el anfitrión responde a sus huéspedes o potenciales huéspedes, la calificación que obtienen luego de la revisión del huésped y las cancelaciones que ha tenido (las provocadas por el anfitrión, no las hechas por un huésped). Deben de tener muy alta calificación en todo esto para lograr esta distinción.] Me pareció SUPER interesante que estaba buscando a estas SUPER personas que me ayudarían a tener una estadía SUPER. Encontré a Blas. Mi primer SuperHost con Airbnb. Para comenzar, el precio de la estadía en casa de Blas era tan bajo – comparado a hoteles en una ubicación similar – que sinceramente mis expectativas no eran muy altas. Pensé: “pues por algún lado algo será malo para ser tan barato”. Blas era tan comunicativo desde el primer momento. Rápido contestó todas mis preguntas con una amabilidad que me hacía sentir que iba a visitar un primo lejano que aún no conocía. Cuando llegué a su casa bajó a buscarme y a ayudarme con el equipaje después de orientarme en relación al estacionamiento. El apartamento de Blas es hermoso. Tiene una entrada segura con llave que da al elevador que te lleva al apartamento. Todo muy limpio. Cocina equipada. La habitación es grande, cómoda, iluminada, con su propio baño grande y equipado. Yo, como usualmente soy pesimista, seguía buscando algo malo. Blas me habló sobre la ciudad, me orientó sobre el área, la transportación, las actividades y me proveyó acceso al wifi. Pasé en casa de Blas la noche buena y la navidad. Aunque él salió a visitar a su familia, me hizo sentir muy especial compartiendo un poco de lo que llevaba para comer y me habló de las celebraciones allí. Hasta el último minuto estuve esperando que algo malo sucediera porque no me podía creer mi suerte. Estaba frente a una de las mejores y más visitadas áreas de Valencia, con un anfitrión que me trataba como familia y yo pagué menos de la mitad de lo que pagaría en un hotel, por la misma – o mejor – comodidad. Esa primera estadía (regresé a casa de Blas este año) fue suficiente para convencerme que quería hacer esto en mi casa.
Claro que no toda historia es color de rosa. Al salir hacia Barcelona me encontré con una experiencia un poco diferente. Aunque las anfitrionas eran muy dulces, la afinidad no fue la misma. Pero eso no fue razón para cancelar. En mi primer día en esta segunda estadía tuve un pequeño problema. Resulta que compartía el apartamento de tres habitaciones con dos jovencitos que no estaban en su mejor comportamiento. Después de un suceso desagradable (encontré los baños muy sucios – después de una borrachera de los chicos) las anfitrionas me cambiaron a otra de las habitaciones en otro apartamento. El problema entonces lo fue – para mi – la seguridad. La habitación no tenía llave. Los inquilinos solían dejar la puerta del apartamento abierta y siempre había gente entrando y saliendo. Ni siquiera el baño tenía seguro apropiado. Fue entonces cuando decidí al otro día cancelar esta experiencia y pagar el doble por un hotel.
Me dediqué a buscar mucha información y aprender sobre Airbnb y cómo funciona. Entonces para el mes de agosto de 2016 decidí preparar dos de las habitaciones en mi casa para recibir viajeros a través de Airbnb. La experiencia ha sido única. He tenido la experiencia de conocer gente de USA, Canadá, China, Vietnam, Tailandia, Inglaterra, Francia, Italia, Costa Rica, México, Alemania y mi isla, Puerto Rico. Hasta el día de hoy he recibido casi 30 huéspedes de todos estos países y conservo unas grandes amistades después de estos viajes. Hoy día tengo la dicha de llevar ese título de SUPER HOST y espero conservarlo. Me encanta recibir gente de diferentes países en mi casa. El intercambio cultural es maravilloso. Conocer otras culturas cuando estás en tu propio hogar es muy especial. Estos mismos viajeros me han dado mucha información y sobretodo han compartido la pasión por viajar. Jamás olvidaré a viajeros como Shawn + Cassie de Canadá que me dieron tanta energía para tomar la decisión de hacer un viaje largo con la mochila en mi espalda. O a una viajera como Léa de Francia cuyas palabras me hicieron cambiar de ruta entendiendo que aún no había visto suficiente de ese país.
Este sitio te da la oportunidad de crear estas conexiones espectaculares como anfitrión y te permite escoger el lugar perfecto como huésped. Aquí te doy algunas de mis recomendaciones si deseas tener una experiencia – no solo positiva – pero espectacular…
Si deseas ser huésped:
- Llena tu perfil completamente. Déjale saber a tu anfitrión quién eres y lo que te gusta. Abre esa comunicación desde ese momento. Recuerda que estás entrando en su espacio, ellos deben de sentirse cómodos de poder darte la bienvenida.
- Escribe. Comunícate. La comunicación de todos los anfitriones es diferente. Con el mayor respeto del mundo, haz todas las preguntas necesarias y las que no. Es mejor que tengas una idea clara sobre el lugar donde te quedarás. Si estás en un lugar en el que no se habla tu idioma, entiende que tú estás en su espacio. Respeta el idioma. Lleva frases pre-escritas en ese idioma para que puedas comunicarte mejor o familiarizarte con una aplicación para traducción como Google Translate para lograr comunicarte efectivamente. Si no te convence la comunicación, quizás ese no es el lugar para ti.
- Respeta el tiempo de tu anfitrión. Hoy día muchos anfitriones nos dedicamos a esto todos los días pero a veces puede ser un poco difícil contestar a cada rato cuando la demanda es alta. Haz una lista de tus preguntas y envía todo de una vez. Reúnete con tu anfitrión al llegar, si tienes dudas, para aclarar lo necesario.
- Entiende la diversidad. Todos somos diferentes. Es importante que entiendas que – aunque decidas quedarte con muchos SUPER HOST – no todos son iguales, ofrecen lo mismo o están de acuerdo con lo mismo.
Si deseas ser anfitrión:
- Recuerda que tu huésped está lejos de casa. Algunos pueden estar con miedo, ansiosos, incómodos o extremadamente felices. Tú estás a cargo de hacer que su experiencia sea memorable. Date a la tarea de conocer a tu huésped para entender qué puedes brindarle que hará una experiencia única.
- Se claro con tus reglas y expectativas. Estás abriendo las puertas de tu casa, siéntete en la libertad de – con respeto y hospitalidad – hablar claro en relación a lo que esperas de un huésped (aunque esto te cueste una estadía). Es mejor perderla a tener una revisión negativa por cambiar tu posición sobre algo en particular. Ejemplo: En mi casa los huéspedes no pueden consumir bebidas alcohólicas en exceso – emborracharse – o llegar bajo la influencia de drogas y alcohol. Tengo eso claramente muy detallado en mis reglas. Esto me da la libertad de poder cancelar una estadía, sin ninguna repercusión hacia mi, si algún huésped rompe esta regla.
- Se flexible con la llegada y la salida – Si algo diferencia Airbnb de hoteles, es que los anfitriones tenemos la posibilidad de ser flexibles con la llegada y la salida de nuestros huéspedes. Siempre y cuando exista la comunicación de antemano, trata de complacer la hora de entrada y salida de tu huésped. Ponte en su lugar. Analiza cada situación y si no tienes la posibilidad, se claro y explica el por qué. Esto hace una gran diferencia a solo recalcar que la salida o entrada es a una hora y ya. Demuestra hospitalidad.
- Hazlos sentir como en casa – En tu propia casa usualmente eres siempre bienvenido. Siempre encuentras comodidad. Encuentras opciones. Provee eso para tu huésped. Camínalos por la casa y enséñales a qué pueden tener acceso y a qué no. Pregunta qué necesitan (puede ser algo tan sencillo como silencio). Ten algo especial para ellos. Nunca olvidaré cuando llegué a Purley, UK, y mi anfitriona me recibió con una botellita de vino y chocolates. Seguramente no gastó ni $5 en ello, pero el detalle para mi significó un mundo. También siempre recordaré los amigos que hice en Modena (en la foto) y la sabrosa pasta que compartimos junto a bachata en español, inglés e italiano. Los detalles cambian la historia de esa ciudad y ese país para ese viajero. Siempre ten eso en mente.
En general, una de las cosas más importantes de esto es entender la diversidad y apreciarla. Apreciar que hay gente que se comunica más y otras menos. Apreciar que hay gente que no come afuera y que tiene dietas especiales y necesitan una cocina disponible. Apreciar que hay personas que dejarán los zapatos fuera de la puerta. Apreciar que algunos te harán muchas preguntas y se sentarán a ver una película contigo. Hay de todo. Solo hay que estar abierto a las posibilidades y comenzar a vivir nuevas experiencias.
Si tu quieres vivir estas experiencias aquí te dejo unos enlaces importantes para que recibas descuentos en el proceso:
Para ser huésped – PRESIONA AQUÍ
Para ser anfitrión – PRESIONA AQUÍ
¡Bienvenido a la aventura por el mundo a lo local!